Promesas perdidas

Cada promesa que no has cumplido me ha hecho alejarme un paso más de ti. Ahora estás tan lejos que no te veo ni te oigo. Estoy contenta porque no me he quedado a esperar nada que no ha ocurrido. No estoy triste por la perdida porque aun llevo el teléfono por si llamas. Si hubieras cumplido una sola de tus promesas me hubiera acercado cien pasos. El cambio era bueno, al menos eso creí. No has querido aceptar el reto. No me he quedado esperando a que aceptes con hechos el reto. No me he quedado escuchando palabras que se lleva el viento diciéndome que aceptarías el reto. Tus llamadas perdidas tampoco me retienen. Soy libre de tus fantasías. Que alegría. Espero que estés bien. Creo que llegué a quererte.